El cambio climático es una realidad que a día de hoy no podemos negar. Los combustibles fósiles y otras materias primas se están volviendo escasos y cada vez son más las especies que están en peligro de extinción, debido en parte, al aumento de la temperatura de nuestro planeta provocado por la emisión de gases que causan el efecto invernadero.

El protocolo de Kioto y los objetivos marcados para el año 2020 (reducción del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorro del 20% del consumo de energía y aumento del 20% del uso de energías renovables) quedan atrás y se sustituyen por el acuerdo de París para 2050. En 2015 195 naciones reconocieron que existen fuertes problemas derivados de la acumulación de gases de efecto invernadero y firmaron un nuevo acuerdo que tiene como objetivo: Mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los 2°C.

Para ello tenemos un largo camino por recorrer y es fundamental trabajar en todos los frentes, expresamente en aquellos que causan gran parte de la contaminación, como es el caso de la edificación. Según datos de AEMA (Agencia Europea de Medio Ambiente) los edificios causan un 56% de la contaminación, a los que además hay que sumarles el 5% que producen la generación y transporte de la energía utilizada en y para ellos.

Por este motivo es de vital importancia apostar por una arquitectura sostenible y diseñar edificios que no dañen el medio ambiente. Para ello, tanto administraciones, usuarios y profesionales debemos tomar la iniciativa y comprometernos con nuevos hábitos y técnicas que ayuden a construir un mundo más eficiente y sostenible capaz de afrontar los retos medio ambientales del futuro, puesto que afectará a la vida de todos.

Debemos hacer arquitectura sostenible, de forma que se ofrezca el máximo confort al usuario sin dañar el medio ambiente y reduciendo el consumo de energía y las emisiones de gases contaminantes.

En este sentido, es interesante la apuesta por el estándar de construcción “passivhaus” mediante el cual podremos permitirnos un ahorro energético de hasta el 90% frente a un edificio convencional. De esta forma estaremos construyendo viviendas y/o edificios que contribuyan a preservar el medio ambiente y que mejoren la calidad de vida y bienestar de las personas.

Creo que los arquitectos, como seres humanos que somos, además de las obligaciones legales que tenemos debemos adquirir otras sociales y morales que ayuden a abordar el problema que os presento en estas líneas. Está claro que hasta ahora los edificios y el entorno edificado han sido gran parte del problema pero también pueden ser una gran parte de la solución si tomamos una sensata decisión a tiempo.

¡El "passivhaus" y la arquitectura sostenible pueden ser parte de la solución!

Más información sobre el "passivhaus" aquí: https://www.estibalizaldamarquitecta.com/los-5-principios